La formación dentro de la empresa supone uno de los factores clave de desarrollo dentro de las organizaciones, tanto para el mantenimiento de la competitividad, como para la consecución de objetivos que buscan, además de un beneficio económico, un beneficio social y laboral; siendo la formación en las empresas un proceso planificado y continuo, que busca la mejora y la actualización constantes.
De esta manera se pone de manifiesto la importancia del desarrollo de acciones formativas que contribuyan a la mejora de competencias y cualificaciones profesionales generales y específicas, inculcando una cultura que ayude a mejorar las condiciones de trabajo, las actitudes de los trabajadores y de la organización de la empresa. Promoviendo el valor de la formación como instrumento de anticipación y adaptación a los cambios que se producen en el entorno laboral.
Trabajar y conseguir un buen Plan de Formación, supone una mejora en la calidad del proceso productivo de la empresa, desarrollando un proceso en el que los agentes que participan se sientan motivados por el aprendizaje, desarrollen destrezas y habilidades que adquirirán en la formación, y se hagan competentes para aplicarlas al puesto de trabajo, lo cual produce un efecto positivo en el funcionamiento global de la empresa.
Además, la formación debe servir como canal de sensibilización, tanto para los trabajadores como para los mandos implicados en el proceso de formación. Siendo este aspecto posible, a través de una participación activa y real de todos los implicados en el proceso formativo, ya que favorece el sentimiento de pertenencia y utilidad en el sistema, de los miembros de la empresa a los que se dirige cada una de las acciones formativas.
Las actuaciones a ejecutar en el diseño y planificación de la acción formativa se deben desarrollar en un continuo, esta se llevaría a cabo con las siguientes acciones:
- Analizar el grupo de aprendizaje y las necesidades formativas.
- Establecer los objetivos.
- Estructurar y organizar los contenidos.
- Seleccionar las estrategias metodológicas.
- Seleccionar los recursos didácticos.
- Establecer los criterios de evaluación.
- Actualizar y mejorar la Formación.
Con ello, se sentarán las bases del Plan de Formación, quedando claras las necesidades de la organización, las necesidades de formación y los objetivos que especifican lo que será capaz de hacer el trabajador tras la realización de la misma.
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